No es del todo aconsejable despreciar los
tediosos y decepcionantes debates políticos, resulta que utilizados como
terapia pueden llegar a ser altamente positivos, por ejemplo pones tu interés
en no perder los argumentos de los candidatos y cuando tu aguante se va
agotando al escuchar tantas falsedades, demagogia, manipulación y olvido en la
exposición de los problemas reales, cambias de canal e inmediatamente se
produce un descanso y alivio que devuelve a tu estado emocional su creatividad
y bienestar. Espero que los políticos no queden para esto, para producir placer
cuando se retiran. Hay personajes en la política activa que ya no deben estar,
este país necesita una clara renovación de sus representantes, carecen de
credibilidad, no tienen reputación, se han instalado en la acción individual
para mantener su estatus y privilegios olvidando para que han sido nombrados y
quienes los han colocado ahí. No he oído propuestas concretas que den esperanza
a la libertad de las mujeres, a los parados, a los jóvenes, no escuché que
exigencias se plantearán al Banco Central Europeo para que aflore el crédito,
que pasará con la agricultura y ganadería en este país con una participación
importante y en la actualidad agredida por políticas que solo defienden los
intereses de Francia y Alemania. Sobre la libre circulación de los ciudadanos
europeos, emigración, nada se dice, ni nada se compromete. Lo que importa no son los problemas de los individuos,
son exclusivamente las rentas del capital y así, no se puede ganar credibilidad
ni construir una Europa social y participativa que acote distancias entre norte
y sur.
No hay comentarios:
Publicar un comentario