No avanzaremos en reconocimientos
y menos en derechos si a la mujer se le asigna el término “trabajadora”. Me
falta por conocer aquellas que no lo son, o acaso este 8 de marzo sólo reconoce
a la mujer empresaria, autónoma o en nómina por cuenta ajena. Totalmente
injusto ¿qué ocurre con las miles, millones de mujeres que se ocupan de la
familia, la economía doméstica, los trabajos del hogar, la agricultura de
subsistencia, el cuidado de los familiares dependientes, etc.,? pues que no
tienen el reconocimiento de “mujer trabajadora” y por tanto, se quedan en el
limbo, sin derecho a su “día”. No me extraña, ni me sorprende, existe la
creencia generalizada que a las mujeres de una forma o de otra “nos dan las
cosas hechas”, nos dicen cómo son, por donde hay que ir y en ocasiones que hay
que decir. Lamentablemente aún seguimos sufriendo la discriminación ante el
hombre y dependiente de su comprensión. Podemos reivindicar, salir a la calle
en manifestación, hacer carreras solidarias, protegernos bajo asociaciones de
mujeres, todo eso ayudará, pero mientras el hombre no se implique en la lucha
contra la violencia de género, no comparta que a igual trabajo mismo salario,
que las mujeres son competentes en la función pública como lo son en el hogar y
que las tetas y el culo no condicionan su capacidad intelectual, poco o nada
cambiará.
Por otra parte los actos que tengan carácter
de representación y sean reivindicativos en cuanto a los derechos de la mujer, es
imprescindible implicar al hombre. Esta sociedad está hecha de hombres y
mujeres al cincuenta por ciento, ignorarlo será encallar toda opción de
progreso para las mujeres.
Feliz Día Internacional de la Mujer.
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