Las mujeres hemos marcado tiempos
a lo largo de la historia sin estar en primera fila, quizá haya sido nuestro
destino, ceder el protagonismo al hombre pero cubrirle la retaguardia, algo que
siempre han dado por hecho y tal suposición es motivo suficiente para que la
tarea realizada no tuviera siquiera consideración de trabajo y en ocasiones ni
reconocimiento. La mujer está ahí, en su lugar, ocupándose de lo “no importante”:
educación de los hijos, mantenimiento del hogar, administración de la economía,
soporte emocional de todos, referente social de la pareja… podría seguir
enumerando pero como tratamos de temas “no importantes” lo dejamos aquí. Lo
importante es ir a la empresa ocho o diez horas entregarse cual héroe en busca
de las soluciones que den vida no solo al empresario sino al mundo, porque los
hombres tienen ese concepto universal de sí mismo, ser los protagonistas y
salvadores del sistema, bueno queda otra parte importante, seguir la liga de
fútbol postulando sobre los fallos de la
última derrota de su equipo de cabecera y si queda algo de tiempo, pronosticar
si en las próximas elecciones hay que votar a este o al otro. Esto es lo que a
los hombres les convierte en reyes de la creación. Las mujeres mientras siguen
con lo “no importante”. Pues bien, por si fuera poco esto, el hombre padece un
síndrome permanente de dependencia de su madre, lo que le convierte dependiente
emocional, así que ante contingencias imprevistas suele brotar su infantil
comportamiento y buscar cobijo entre los brazos de la mujer, en ocasiones sin
preocuparle cual. Como solo aportan las “grandes ideas” y “las grandes
soluciones” la cagan, y bien cagada con el resultado de que al final somos las
mujeres quienes tenemos que ir a limpiar la mierda en que se envuelven.
El Jueves de Comadres gestado
desde 1986 como tertulia de mujeres, ha ido tomando protagonismo y
organizándose no solo como una fiesta lúdica, sino en encuentros que entrañan
compromisos y reivindicaciones de los derechos que nos corresponden como
mujeres poniéndonos al frente de una sociedad con claras muestras de haber
agotado sus ideas y necesitada de reconvertirse y a lo que nuestros consortes no parece sean capaces de
poner soluciones, así que en marcha, queda tarea por delante. Feliz Jueves de
Comadres.
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