Londres
nos ha brindado de nuevo la oportunidad de asistir a la gran fiesta del olimpismo.
El acto de inauguración es una oportunidad única para mostrar al mundo el
patrimonio histórico cultural acumulado a lo largo del tiempo.
Me
he visto reflejada y concernida en este acto en el que partiendo del mundo
rural se llegó a 1918 con la revolución industrial protagonizada por
trabajadores que bajo organizaciones sindicales fueron adquiriendo derechos y
libertades hasta dignificar las condiciones laborales. Otra parte destacable la
llevó el protagonismo del “servicio de salud” orgullo de los ingleses a igual
que la gran vocación por la “literatura infantil” presente siempre con su
inventiva e imaginación en la sociedad.
Estos
juegos en su presentación han sido un canto a las libertades, la justicia, la
igualdad, los derechos y la cultura.
Si
los anteriores juegos organizados en Beijing (China) nos mostraron un mundo de
tecnologías de futuro tecnificado casi deshumanizado, donde la ostentación y la
fuerza del poder económico se reflejada, Londres nos ha mostrado la cultural
Europea que nos ha caracterizado a lo largo de nuestra historia y nos hizo ser
acreedora de un modelo a imitar y alcanzar por quienes aspiraban a desarrollar
políticas democráticas basadas en la igualdad, la fraternidad y la libertad
democrática.
Que
ha pasado en nuestra sociedad para que hayamos dejado de ser el modelo a seguir
permitiendo el retroceso en nuestros logros y consentir que se nos quieran
imponer modelos neoliberales en los que el reparto de la riqueza y la justicia
social son descaradamente desiguales y no tienen en cuenta al ciudadano más que
como una herramienta productiva.
Me he sentido
emocionada y al tiempo esperanzada, no podemos renunciar a seguir manteniendo
el estado de bienestar que ha caracterizado a Europa, como modelo único a imitar.
¡¡¡ Enhorabuena !!! Un beso
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