La prima de riesgo hoy, aprovecha las temperaturas del verano
se eleva por encima de los 600 puntos y nos estampa con ello “un golpe de calor”
poniendo nuestra economía y con ello a todo el país, al borde de la bancarrota.
Nuestros políticos mientras tanto, hacen de portavoces de la situación y nos
describen con lujo de detallas la desesperada encrucijada en la que nos
encontramos, palabras poco alentadores que suenan más a disculpa,
justificaciones e impotencia, que a tener soluciones y estrategias definidas
para liderar un cambio de rumbo que nos devuelva la credibilidad y confianza en
los mercados y nuestras expectativas.
Algunas autonomías solicitan el rescate al no poder afrontar
sus compromisos por la escasez de recursos y la falta de tesorería. La
comunidad valenciana es una de las primeras que pide socorro. Dirigida, en los
años de “gloria” por el polémico ex presidente Paquito Camps “de tan buen gusto
en el vestuario” es ahora la primera en solicitar la ayuda del gobierno
central. Es curioso y ejemplar que esta comunidad sede de la quebrada CAM, del
caso Gurtell, del dispendio de la Volvo Ocean Race y de la Fórmula Uno,
gobernada por el partido que hoy sostiene el gobierno central, no tenga ni un
solo condenada en semejantes despilfarros y hundimiento económico.
El gobierno no puede exigir compromisos a la ciudadanía, no
tiene legitimidad moral para pedir sacrificios y cargarse los derechos de los
trabajadores ganados en dos generaciones. El gobierno no tiene credibilidad
habiendo puesto una ley de reforma laborar solo consensuada con la patronal,
utilizando términos como “plan renove de plantillas” frase favorita del presidente
de la CEO madrileña Arturo Fernández, encausado en el caso Bankia. El gobierno carece
de fiabilidad ante los mercados mientras no hable claro y exponga las causas y entregue
a la justicia a todos lo que han dilapidado el país. Solo una vez puesto nombre
y apellido a quienes se han llevado el dinero (políticos, constructores y
banqueros) podremos la opinión pública arrimar el hombre y mirar el futuro con
cierta esperanza.
Que guapa, Gelina!!!
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