sábado, 14 de julio de 2012

El pez grande no tiene porque comerse al chico...

El Gobierno libera los horarios y los periodos de rebaja y se amplia la apertura en días laborales de 72 horas a 90. Las G.S. (grandes superficies) consiguen su vieja reivindicación a falta de que en algunas autonomías la liberación sea total, como Madrid, posibilidad que no tardara en hacerse realidad.
El comercio tradicional, no va a desaparecer por ello, si sabe jugar sus bazas y emprende, aquellos que aún no lo hubieran hecho ya, la especialización y modernización necesaria aconsejable desde hace tiempo. En el comercio tradicional de calle, ubicado en las zonas de expansión, en los cascos antiguos, se sigue practicando el buen servicio, con personalidad definida, atención esmerada  y un catálogo selectivo donde la calidad es una de sus características. Al comercio tradicional se va en busca de asesoramiento, de calidad, de servicio, de precio, estas son algunas de las cualidades que le hacen fuerte y competitivo. Hay que entender esta liberalización como una oportunidad y no como una amenaza, el cliente exige servicios y hay que ofrecérselos, estamos dispuestos para competir, tenemos nuestra parcela en la que dificilmente las grandes superficies, los centros comerciales, las tiendas de bandera franquiciada, podrán sustituir el compromiso con el cliente y con la ciudad que han mostrado siempre los comerciantes y el comercio local.
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