La extrema meteorología está asociada con
el cambio climático, este diagnóstico está avalado por los mejores y más
influyentes científicos del mundo. Los cambios climáticos se producen de forma
cíclica, por tanto, no es menos cierto que a lo largo de la historia de nuestro
planeta, hubo ciclos en los que se han producido alzas en la temperatura de la
tierra precedidas de otras en las que la glaciación fue evidente. Hasta aquí lo
aceptado, hay gráficas que confirman esta estadística, desde que se han
recogido datos climáticos. Sin embargo en este ciclo, es lo extremo de los
valores alcanzados y el corto tiempo en que se producen, lo que hace de esta
situación un fenómeno extraordinariamente preocupante. Todo ello debido
mayoritariamente a las emisiones de CO2 o lo que es lo mismo, por la
intervención directa de nuestro estilo de vida.
Tenemos mucho que hacer en todo esto,
lo primero mentalizarnos para comprender que el daño está hecho, por tanto un
cambio de hábitos deseable paliará en parte la situación y posiblemente demos
una oportunidad a las generaciones venideras para que vean, disfruten y
conozcan aquella geografía que formó parte de nuestro entorno, además de
librarles de amenazas y peligros que no seremos capaces de valorar ni de
intuir.
Un consumo responsable, una mayor
sensibilidad por el medio ambiente, el uso del transporte público para los
desplazamientos evitando utilizar el coche en la ciudad, moderación en los
consumos de luz y agua, deben ser medidas urgentes que nos sitúen en el camino
de reconciliarnos con el planeta y evitar con ello llevarnos a una situación de
extrema e irreversible gravedad.
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