lunes, 15 de julio de 2013

Hay que privatizar el orden...

Asisto atónita durante mi paseo matinal por el Parque de La Ferrera a dos hechos preocupantes por las conclusiones que se extraen. El primero ver como una gaviota entra en el recinto habilitado en el estanque para las aves en crianza y como intimidando a una pata, se lleva su huevo. No he podido evitar gritarle, pero no ha servido de nada. He comprobado que hay menos cría este año y en parte supongo será por la rapiña de esta ave carroñera. La otra llamativa situación es la del mural que sigue (ya van más de cuatro meses) oculto ¿Que nos importa todo esto, verdad? Quizá el ciudadano se hizo resistente a las denuncias, cansado y entregado a dejadez, por impotencia. No importa que las aves no puedan criar porque hay una desmedida población de gaviotas que arruinan la cría de otras aves, no importa que llevemos cubriendo el mural con la sensación de haber caído en olvido, no importa que la calle este copada de niños que siguen jugando al balón hasta altas horas de la noche, molestando a los vecinos y deteriorando el mobiliario urbano, da igual que vecinos poco o nada cívicos se salten a la torera el horario para depositar las basuras, a quién importa que tras un partido de fútbol se lancen bombas de palenque, que esquelas pululen por las esquinas de muros y fachadas, en fin, hay una larga lista y mientras voy escribiendo, más me voy indignando. Las autoridades deben hacer cumplir las normas, deben velar por los intereses de los ciudadanos, de los que pagamos impuestos, cumplimos con las normas cívicas y nos sentimos orgullosos de la ciudad, aunque para ello de deba aplicar con rigor la norma y si procede la sanción, o hay que privatizar el orden para que también resulte eficaz al menos costoso para el bolsillo del ciudadano (aparcamientos, agua etc, etc.). 




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