sábado, 15 de diciembre de 2012

Tiempos para la racionalidad


Más que nunca precisamos investirnos de un verdadero sentido de la fraternidad, solidaridad y lealtad a los principios que cada uno tenga a bien atesorar. Tiempos cambiantes, tensos, difíciles y ahora no es momento de buscar culpables, es momento de plantar cara, escarbar en nuestro interior sin dejarnos llevar por un exceso de emociones. Son tiempos para la racionalidad. He podido contemplar hoy en la oficina de correos dos actitudes contrapuestas que dan para una larga reflexión. Una persona busca con qué escribir, otra que amablemente saca de su bolso un boli y se lo brinda,  saludos de despedida con gracias, sonrisa y ¡feliz navidad!
Otra persona que entra y se desespera por la cola que hay, lo lento que va todo, la falta de atención. Gesto contraído que albergaba problemas, quizá ninguno más de los que la mayoría allí concentrada podríamos tener, económicos, familiares, sentimentales…sin embargo, su rabia contenida se reflejaba en su mirada.
Hoy hemos asistido a una tragedia sin precedentes en EE.UU. algo nos pasa, esta sociedad que estamos creando genera comportamientos que psicólogos y sociólogos no son capaces de diagnosticar. Estamos desviándonos hacia un materialismo que trata de arrinconar el necesario concepto humanista de las decisiones a tomar. Una sociedad que olvida a quien se debe es una sociedad enferma y abocada al fracaso.
Vivir en libertad compromete, establecer reglas de juego en el que todos tengan las mismas oportunidades es un fin justo y necesario. Hemos vivido tutelados y protegidos, parece claro que eso se acabó, llegan tiempos de contar cada cual con su esfuerzo, con lo que tenga y sepa hacer y esto nos está haciendo tambalearnos pero no perdamos la sonrisa, es contagiosa y necesaria.

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