O volar o entregarse, no hay término
medio, ni camino a recorrer, las ilusiones se forjan cada día al despertar y
dependen siempre de quien lidera, o sea casi siempre de la mujer, de nosotras,
porque si no movemos pieza, seguro que nos quedaremos inmovilizadas, paralizadas,
no afectando sólo a nosotras sino a quienes nos rodean también. Evitemos que la
jornada sea tediosa, lánguida, entregada y pésima, no lo consintamos. Para activarse
no hay más que buscar una escusa, forjar un plan de actuación, tan sencillo
como proponerse conciliar una cita previa y tomarnos un café, con la amiga que hace tiempo no
vemos; un paseo a ese nuevo lugar que se ha puesto de moda; una marcha por la
ciudad a la calle recién restaurada; un paseo por la explanada del C.C.
Niemeyer, en busca de “sensaciones”; una visita a la tienda habitual de
complementos, para adquirir un par de pendientes nuevos, que pondrán en tu
rostro la alegría que buscas o quizás, una escapada atrevida, sola, a una
ciudad próxima en la que sentirse turista ocasional…
Hagamos algo, por nosotras, por los
demás, pero algo que permita ocupar nuestra imaginación y nuestro tiempo y
desterrar nuestro aparente tedio a fin de encontrar el ánimo suficiente que contagie
a quienes nos rodean. No es tan complicado, ni siquiera costoso ni difícil,
solo es cargar tu mente de energía positiva y pensar que eres el centro del
universo, y quien no se lo crea, que se acerque y lo compruebe.
Siéntete lunática, tú eres especial…
No hay comentarios:
Publicar un comentario