martes, 30 de octubre de 2012

Hay que desterrar el pesimismo


Necesitamos un cambio, radical para ser más precisa. Algo nos ha pasado de un tiempo a esta parte que nos hizo permanecer anestesiados con la creencia de haber conseguido un estado de confort seguro y que se retroalimentaba a sí mismo. La consigna era “no te compliques la vida, no arriesgues, tú mira la forma de colocarte de funcionario y a vivir que son cuatro días” un consejo reiterado que acompañaba las horas de almuerzo en cada casa de este país. Si por el contrario algunos de nuestro hijos se planteaba intentar hacer un proyecto de empresa, había perdido la razón y por tanto no se restaban esfuerzos en quitarle la idea de la cabeza. Así somos, que no éramos, en este país.

El problema es que sin darnos cuenta y casi de repente, el sistema económico se vino abajo y pasamos a ser muñecos rotos en manos de la situación. Como cuando éramos niños y cogíamos los juguetes llevándolos a la altura de nuestra cabeza y moviéndolos con energía, para comprobar por el ruido emitido, si aún quedaba algo dentro que nos diera una pista de utilidad y funcionamiento. Bien pues esto ha ocurrido, nos han dado un “meneo” a ver que queda en cada uno de nosotros.

Nuestro ánimo ha estado siempre más cerca en buscar las fórmulas para sobrevivir, que hacerlo para superarnos. Asumir desafíos implica esfuerzo y hasta tener que afrontar errores, equivocaciones e incluso fracasos, a esto nos enfrentamos mal, tenemos un ego en ocasiones perjudicial para superar adversidades. Hay que desterrar el pesimismo, abrirse al exterior, comunicarse con fluidez, dejarse de buscar culpables y empezar a buscar soluciones haciendo una verdadera autocrítica de nuestras actitudes. Los negocios se gestionan, pero más importante que la gestión, es el liderazgo. Se requiere un comportamiento flexible para tratar con clientes y suministradores, hay que vender y esa es clave de todo negocio o empresa, sin venta dejamos de existir. Nuestros clientes son el núcleo central de nuestra actividad, sin ellos nada podemos hacer, son quienes merecen nuestro esfuerzo, implicación y pensamiento diario, son nuestra preocupación y no hay nada que pueda limitar ese esfuerzo. Tiempos difíciles sí, pero seamos humildes para aprender y mejorar, es condición “sine qua non” para seguir en la brecha.

martes, 16 de octubre de 2012

Los hombres prejubilados son un problema


Les transmito mi preocupación y pesar, los hombres prejubilados, son un problema, para ellos  y para quienes tenemos que convivir con ellos.  

Habíamos puesto el foco sobre ese tiempo de disfrute, con los hijos ya emancipados, sin más cargas, cuando de repente, todo se vino abajo como un casillo de naipes. Resulta que nuestros maridos, compañeros o como se quieran denominar, pasan ahora a convertirse en sombra de nosotras y en un personaje alicaído haciéndose peguntas en cada despertar, si sus erecciones son espontáneas y casuales, cuyo caso no tienen ya oportunidad. Esta edad, a mitad de vida, les convierte en dependientes de su pito, así que cualquier actitud está condicionada por la evolución de la liga de futbol y la de su pene.

Han acumulado un know how en el transcurso de su vida profesional que deberían poner en valor o franquiciarlo. La sociedad no debería prescindir de ellos, o pagará en fármacos el precio, porque entre sus paranoias pitopáusicas y convertidos en una sombra en casa, no mejora ni la salud, ni la economía del país. Urge poner soluciones, ninguna mujer después de haber tenido que resolver los problemas familiares en soledad, hijos, colegio, hipoteca, reuniones de  etc, etc.., (él no existía),  puede ahora pasar a libertad vigilada. Créanme, es de difícil asimilación, duro de digerir y tremendamente injusto.

 


lunes, 8 de octubre de 2012

Centro Cultural Oscar Niemeyer y el comercio de Avilés "sorprende".


¿Hay paralelismo entre el C. C. Osacar Niemeyer y una campaña para dinamizar el comercio y concienzar a todas las personas, sobre la necesidad de crear ciudad? Creeo que sí, inexorablemente el maestro Oscar Niemeyer puso el foco sobre la necesidad de humanizar espacios, crear  alternativas abiertas para disfrute de sus habitantes, vertebrar las ciudadades creando expectativas de ocio, al tiempo que ofreciendo los servicios en torno a los núcleos centrales urbanos que permitan la convivencia y la comunicación. Sí, nuestro C.C. Oscar Niemeyer ha comenzado de nuevo su programación y su luz llamativa, de nuevo, coge brillo en el escenario sombrío de la cultura mal tratada. Necesita impulso, pero sobre todo creer de nuevo en él. He comprobado que su atractivo y magnetismo está tan arreigado que Avilés lo hizo suyo de una forma entregada y apasionada, es una de nuestras mejores herramientas para hacer ciudad, una locomotora que hará tirar del resto de nuestras ambiciones señaladas como objetivo principal: que el centro de Avilés se convierta en centro de convivencia, en zona de paseo y ocio, en espacio comercial propio donde una oferta  moderna y variada acompañada por una hostelería de vanguardía, hagan de residentes y visitantes un encuentro permanente para el disfrute. Avilés sorprende y emociona, por su historia, por sus espacios, por su comercio, por su hostelería, por sus gentes. Potencialidades más que suficientes para generar ánimos y optimismo de seguir siendo ejemplo de vanguardia en cualquier iniciativa que se ha de tomar.