Esperamos el verano con alivio, el que produce un mayor tiempo
de disfrute asociado a la duración de los días. Dentro de esta, siempre
esperada y deseada estación veraniega, el mes de agosto llega a nosotros y nos
marca un punto de inflexión en nuestras vidas. Los encuentros con “los otros”
largamente esperado, los planes para afrontar el “nuevo curso”, los propósitos
de enmendar errores cometidos, la ilusión de creer que afrontaremos el nuevo
tiempo con mejor ventura… Agosto no es un mes cualquiera, es el mes del renacer,
hemos cargado nuestra voluntad y actitud con energía positiva y nos lanzaremos
a la conquista de los planes concebidos. En nuestras vidas hemos tenido “agosto”
a gusto y a disgusto, pero nunca indiferente, podría enumerar acontecimientos
que dejaron en mí honda huella agosteña, no lo haré, me voy a posicionar en
positivo y lanzar al aire un canto de esperanza con la sonrisa puesta de cuanto
bueno nos traerá este nuevo comienzo...
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