Hacer
ciudad requiere compromiso, actitud y destreza. Nuestra historia en ocasiones
nos pesa de forma negativo, hemos sido una potencia industrial, al amparo y al
rebufo de ella, se desarrollo un sector servicios potente con una hostelería y
un comercio de calidad. Posiblemente hoy de todo aquello nos queda la cultura
industrial, la nostalgia y el complejo siderúrgico más importante del país en
manos de una multinacional con sus centros de decisión lejos y que solo nos
deja un frio sentido de ocupación. No vemos a Lakshmi N. Mittal principal propietario de la multinacional
industrial, residente en Londres, cruzar la ría para adentrarse en nuestra
villa y caminar por el casco histórico. Quizá porque no le hemos invitado y tal
motivo hace que la ciudad viva de nuevo a espaldas del complejo industrial. No
es nuevo, hasta en los momentos más destacados de Ensidesa, Avilés no
establecía puentes con la empresa, será nuestro carácter o nuestra manera de
entender las relaciones…
Son
tiempos de alianzas, de compromisos y Mr.Mittal tiene que saber y conocer que
hacemos, como somos y que la ciudad es parte íntegra de su emporio siderúrgico.
No puede perjudicarnos, al contrario, creo que debería hacérsele hijo adoptivo
de Avilés, igual conseguiríamos que al menos sepa de nuestra existencia.
Hemos
sufrido el devastador título de ciudad contaminada, hoy lejos de semejante
adjetivo tenemos valores significativos, paseos, ría, parque, centro cultural,
casco histórico, museo. Valores patrimoniales que no pasan desapercibidos, hay
suficiente inventario para sentirnos orgullosos y fijar objetivos más
ambiciosas para una ciudad que ha sabido vivir en lo más alto, en lo más bajo y
que ahora precisa recolocarse para recuperar su prestigio y reinventarse para
seguir asombrando como siempre lo hizo.